Semillas de odio, cosechas de terrorismo

miércoles, 23 de marzo de 2016

La violencia, venga de donde venga, debe condenarse con toda firmeza, haciendo recaer todo el peso de la justicia sobre los culpables.  Deben coordinarse todos los servicios de inteligencia para actuar rápida y eficazmente.

Y, de forma serena, sin pausa, analizar las causas  para prevenir nuevos desmanes. Para darse cuenta de que también sobre los   fanáticos, racistas y xenófobos debe intervenir con diligencia la ley, porque su comportamiento es esencialmente contrario a la democracia. A quienes enaltecen –como los Republicanos de los Estados Unidos, los partidarios de Le Pen en Francia o los nazis alemanes…-  posiciones totalmente adversas al ejercicio de los Derechos Humanos y valores éticos, poniendo en peligro la seguridad y azuzando a los violentos, hay que enfrentarlos sin dilación.

Porque está claro que quien siembra humillación y desprecio es responsable de la cosecha de animadversión y odio.

Ya vemos a que ha conducido la  sustitución del multilateralismo democrático por la plutocracia; los valores éticos por los mercantiles; la cooperación por la explotación.

Se requiere, pues, un cambio radical de actitud para poder hacer realidad a escala global la igual dignidad de todos los seres humanos.

Los occidentales que promovieron la invasión de Iraq, basada en la presunción y la mentira, resultando en varias decenas de miles de muertos, mutilados y cinco millones de desplazados; que no supieron  coadyuvar en el buen resultado de la “primavera árabe”, desoyendo las voces de tanta gente; que han reducido drásticamente las ayudas al desarrollo en lugar de incrementarlas;  y que no ha sabido acoger, como corresponde y merecen, a refugiados y emigrantes; que se olvidan de la Justicia Universal y los más elementales derechos cuando van a negociar con países que se caracterizan por la continua violación de los más elementales Derechos Humanos… deben ahora dar un golpe de timón de gran envergadura,  con el apoyo de una inmensa cantidad de ciudadanos que desean contribuir a general horizontes menos sombríos.

“Nosotros, los pueblos…” debemos ahora poner en primer plano de nuestro comportamiento cotidiano, corregir de una vez el genocidio diario de miles de personas que mueren de hambre y desamparo al tiempo que se invierten 3,000 millones de dólares en armas y gastos militares.

Se trata de cambios factibles, como los que ha dado el Presidente Obama en el caso de Irán, tendiendo la mano al islam en lugar de alzarla… y acogiendo a varios millones de inmigrantes…

Insisto en que la única solución es un llamamiento mundial  a la concordia, asegurando que en lo sucesivo se adoptarán actitudes totalmente distintas.

Nunca hay que justificar la barbarie terrorista, pero deben evitarse igualmente los aborrecibles comportamientos insolidarios y excluyentes.  Es indispensable repensar muy serenamente desde las mismas raíces, para adoptar las medidas curativas y preventivas apropiadas, porque los tratamientos paliativos derivan en reincidencia.

Hace algún tiempo  propuse la convocatoria urgente de una Sesión Extraordinaria de las Naciones Unidas para que, todos conscientes de lo que está en juego, aprueben medidas a escala planetaria que permitan “el nuevo comienzo” que promueve la “Carta de la Tierra”.    Recuerdo de nuevo que, como ha escrito Amin Maalouf, son necesarias  “soluciones sin precedentes para situaciones sin precedentes”.


De otro modo, que nadie se engañe: volveremos a las andadas, a la acción y reacción, a las represalias y contra-represalias…

Vamos,  con coraje y lucidez, a cambiar de “rumbo y nave” como propugnaba José Luis Sampedro. La voz de la gente, de millones de personas, debe alzarse ahora para estos cambios.  Es necesario  una gran movilización en las redes sociales.  No seamos más espectadores impasibles. La indiferencia equivale a complicidad.

Delito de silencio.

Increíble drama de los refugiados y emigrantes: la UE, insolidaria, ilegal, inmoral

lunes, 14 de marzo de 2016

La reunión de los 27 en Turquía para abordar de una vez la inmensa y sangrante tragedia de los emigrantes y refugiados ha concluido -con un acuerdo, por fortuna provisional- de la forma más inaceptable y lamentable posible. Por las reacciones que ha producido en la sociedad y en el Europarlamento, es de esperar que el próximo día 17 no lo ratifiquen. Que, avergonzados, decidan cumplir las pautas que inequívocamente figuran en los Tratados internacionales y, desde luego, en las directrices éticas. Tanto hablar del “Estado de derecho” y, a la primera de cambio, no sólo toman decisiones inmorales sino ilegales. 

He llamado varias veces la atención sobre el reiterado incumplimiento de los principios tan lúcidamente expuestos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000). El artículo primero se refiere a la igual dignidad. El segundo al derecho a la vida… 

Desprovista de liderazgo, envuelta en el huracán del neoliberalismo más acendrado, la Unión Europea no sólo es incapaz de adoptar las medidas apropiadas en tiempo oportuno sino que, además, consiente la aparición inquietante de brotes de xenofobia y discriminación clasista. 

Con gran forcejeo y aspavientos, la Europa monetaria –tan generosa con instituciones financieras a la deriva- ha prometido abonar en tres años una cantidad que sonroja e indigna cuando se compara con los fondos destinados a pagar la “deuda”, con la evasión fiscal, con lo aportado a un sólo banco en España, con las inversiones en armas y gastos militares (3.000 millones de dólares al día), con las multimillonarias fortunas de algunos magnates “cuya mano se cierra opaca”, en versos de José Ángel Valente… 

Digamos las cosas claras. Digamos cuál es la situación de los paraísos fiscales, cuál es la realidad para poder transformarla. Y busquemos serenamente y con rigor las raíces de esta terrible situación a la que tenemos que hacer frente. ¿Quién invadió Irak basado en la mentira? Miles y miles de muertos y mutilados, miles de desplazados… que han ido germinando en algunos casos –menos de los que sería de esperar- animadversión y hasta odio. ¿Quiénes resolvieron sin orden ni concierto los resultados de la “primavera árabe”? La Unión Europea debería de ser, en primer lugar, una unión política y social y económica dotada de seguridad autónoma… y es solamente una unión monetaria. ¿Y quiénes y por qué deciden reducir hasta anular prácticamente la ayuda al desarrollo con el fin de prevenir los flujos migratorios forzados por el hambre y la pobreza extrema? 

Hasta ahora los ciudadanos europeos han sido espectadores impasibles de tanta incompetencia. Pero estoy seguro de que ahora “Nosotros, los pueblos”… no podremos seguir mirando los ojos a estos niños tristes, angustiados y perplejos que suscitan emociones y despiertan consciencias, de tal modo que, en poco tiempo, se alzará un gran clamor popular para que se produzca un cambio radical en las actuales conductas de la Unión Europea. Y que se pida con apremio que se convoquen sesiones extraordinarias en la Asamblea General de las Naciones Unidas para que sea el multilateralismo democrático y no la reconocida incapacidad de los grupos plutocráticos quienes lleven las riendas del destino común. Problemas globales requieren instituciones globales. Situaciones sin precedentes –como ha dicho Amin Maalouf- requieren soluciones sin precedentes. 

El año 2016 ha sido declarado por el International Peace Bureau de Ginebra, Premio Nobel de la Paz en 1910, año internacional del “desarme para el desarrollo”. Con lo que se gasta en muy pocos días en armas y gastos militares podrían resolverse muchos problemas que hoy acucian al mundo entero sin que se afectara la seguridad a escala internacional. 

De este modo sería posible la transición de una economía de especulación, deslocalización productiva y guerra a una economía de desarrollo sostenible y humano a escala planetaria, basada en el conocimiento. Una transición desde una cultura de imposición, dominio y violencia a una cultura de encuentro, conciliación, alianza y paz. 

Tengamos en cuenta, no me canso de reiterarlo, que actualmente pueden alcanzarse puntos de no retorno y que, por tanto, es apremiante actuar resueltamente de tal modo que sean los derechos humanos y los principios éticos y democráticos los que guíen la acción en estos momentos, que son, a la vez, de profunda consternación y de esperanza. Y es que, por primera vez en la historia, en estos albores de siglo y de milenio no sólo se podrá oír progresivamente la voz de todos los seres humanos sino que deberá escucharse.

(Artículo publicado en Espacio Público, 11/3/2016)

Nueva bandera de la UE

jueves, 10 de marzo de 2016

(imagen de El Intermedio)

Pensar que en 2012 la UE recibió el Premio Nobel de la Paz por su “contribución al avance de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos”









Omnipresentes y omnipotentes “mercados”

martes, 8 de marzo de 2016

Están ganando. El acoso sin tregua de los “inversores” está consiguiendo la concentración del poder económico en un número progresivamente reducido de manos, como se desprende por los informes de OXFAM Intermon… tan silenciados, por cierto, por muchos medios de comunicación que, siendo “la voz de su amo”, no denuncian, ponderan las prácticas de la Unión Europea y procuran la erradicación del “populismo”, especialmente en América Latina. 

La excepción son los Estados Unidos de Obama, que no siguió las pautas del Partido Republicano y cambió radicalmente la actitud de mano alzada y belicista (invasión de Irak…) por la de la mano tendida y conciliadora (Medicare, regularización de millones de emigrantes, Irán, Cuba…). 

Sin contener las críticas que merece también la gobernación de algunos países “populistas” es justo reconocer lo que ha representado en muchos casos no sólo en términos de alfabetización y reducción de la pobreza sino al haber sido capaces de liberarse de los “fondos buitres” y del FMI y del Banco Mundial (originalmente “de la reconstrucción y el desarrollo”) instituciones convertidas hoy en instrumentos a la orden del gran poder económico y mediático. 

He publicado, desde 2011, varios blogs sobre este tema (*). El apremio no ha hecho sino aumentar.

Argentina ya está “reconquistada”. Y arrecia la presión sobre Brasil, recurriendo a todas las descalificaciones… como si la Europa monetaria e insolidaria pudiera ponerse hoy de ejemplo como alternativa. Una economía de especulación, de deslocalización productiva y armamentismo, que será sustituida –porque ahora, por fin, los seres humanos ya pueden expresarse y asentir o disentir- por una economía basada en el conocimiento para un desarrollo global sostenible y humano. El futuro hay que inventarlo… y no es aconsejable seguir adoptando posiciones de rechazo y desconsideración, ensalzando en cambio un sistema que, lo sabemos bien hoy en España, los hechos desmienten. 

En Bolivia no sólo ha aumentado muy considerablemente el nivel educativo y se ha logrado una notoria reducción de la pobreza extrema, sino que se ha conseguido un reconocimiento generalizado, a escala de las Naciones Unidas, de las culturas originarias indígenas. Por ello, los improperios que dedica al “populismo” en “El País” (6 de marzo de 2016) el gran Vargas Llosa –siempre espléndido en el cómo pero deplorable en el qué cuando se convierte en comentarista político –no se corresponden en absoluto con el desolador panorama que ofrece hoy el neoliberalismo que nos domina. 

El “populismo” de verdad, auténtico, es lo que hace falta. “Nosotros, los pueblos…”, como lúcidamente hizo que figurara en el principio de la Carta de las Naciones Unidas el Presidente Franklin D. Roosevelt, puede ser ya realidad. Hasta hace poco, los pueblos carecían de voz: seguían confinados, temerosos, silenciosos, anónimos. En pocos años, todo ha cambiado gracias a la tecnología digital, que ha permitido saber lo que acontece en el mundo en su conjunto y, en particular, la emancipación de la mujer, que participa progresivamente en la toma de decisiones con sus facultades inherentes; el contexto social, la naturaleza del trabajo… todo es distinto y, en consecuencia, es imperativo cambiar. Si no hay evolución, habrá revolución. No podemos seguir con el multilateralismo democrático sustituido por ridículos e inoperantes grupos plutocráticos (G.7, G.8… G.20) y con los valores éticos sustituidos por los bursátiles. 

La democracia real, la que en sus aspectos económicos lo subordina todo a la justicia social y al reconocimiento de la igual dignidad de todos los seres humanos, es la solución. 

No tardemos en reconocerlo y actuar en consecuencia, porque mañana puede ser tarde. 

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(*) – “Ni un día más”. La deriva de Occidente, acosada por los mercados debe terminar sin dilación (06/9/11). 
- “Sumisión total: los mercados mandan, omnímodos e inclementes” (03/10/14). 
- “Brasil, intolerable acoso de los mercados” (03/11/14). 
- “El acoso de los mercados, craso error” (22/12/14). 
- “Intolerable acoso de los mercados a la democracia” (27/01/16).

Medios de comunicación: no airear los comportamientos aberrantes de porcentajes de población proporcionalmente insignificantes

martes, 1 de marzo de 2016

Ya sé que noticia es lo insólito. Pero la gran difusión de sucesos que no poseen comparativamente el menor valor, dando una indebida sensación de trágico acontecimiento, es totalmente incorrecto y lesivo. 

Cuando se habla, por ejemplo, de conductas violentas de algunos alumnos, deberíamos tener en cuenta que en España hay unos 9 millones de “estudiantes” en los distintos grados. Y si se trata de docentes, suman más de 800.000 en el conjunto del Estado español. 

Cuando nos cuentan lo “extra-ordinario” deberíamos poderlo comparar con lo “normal”, con el abrumador porcentaje que, por conducirse normalmente, no es noticia. 

Viene todo esto a cuenta de que acabo de leer que un padre ha abusado sexualmente de sus dos hijas. Es terrible. Pero cuando se pone de manifiesto lo que hace un demente… deberíamos pensar en los millones de padres cuerdos que tratan debidamente a su descendencia, y especialmente a los que, en tantísimos casos, se sacrifican lo indecible para proporcionarles las mínimas condiciones de una vida digna. 

Y, entonces, respiraríamos aliviados… y nos esforzaríamos en aportar más medios y esfuerzos en la prevención, siempre que fuera posible, de las patologías médicas y sociales que subyacen en estos deleznables trastornos.