Memoria sin fronteras. Justicia sin fronteras

viernes, 30 de abril de 2010

Olvidar es imposible. E indebido. El recuerdo, sobre todo después de tantos años, no conlleva sentimientos de venganza ni animadversión. Las víctimas saben que, a estas alturas, el conocimiento de la verdad les permitirá condenar el hecho delictivo pero ya no al delincuente. Sin embargo, podrán participar en la construcción de democracias en las que las ideas y actitudes que llevan a estos desmanes no puedan repetirse, y quienes hoy mantienen posiciones de esta naturaleza deban rectificar su comportamiento.

Descubrir lo que sucedió exactamente y sin fronteras, para paliar el dolor de las familias y amigos de las víctimas, para que "sepan" lo acaecido y obtengan las compensaciones a que haya lugar.

Sólo con memoria, con el conocimiento en profundidad del pasado, sabremos construir un futuro apropiado a nuestro destino común. Memoria del porvenir. El pasado ya está escrito. Debe describirse fidedignamente. Pero el por-venir (me gusta repetirlo) está por-hacer. Y sólo podremos hacerlo con memoria sin fronteras, con justicia sin fronteras.

Una justicia que aplique leyes progresivamente perfeccionadas con imparcialidad, con la mayor objetividad posible... y que no vuelva a repetirse el espectáculo incomprensible y bochornoso de leyes interpretadas según la ideología y pertenencia partidista del juez.

Justicia sin fronteras para una memoria sin fronteras, imprescindible para la convivencia armoniosa que todos anhelamos.

Como científico, sé que el futuro es lo único que importa y no puede diseñarse desde la bruma, la ambigüedad, la mentira, la simulación... Sólo habrá democracia genuina --sépanlo bien quienes acusan a los que piden memoria y justicia de ponerla en riesgo- cuando todos podamos mirar hacia atrás y hacia adelante libremente, conjuntamente.


"No quiero criticar, pero España, creo, se vende mal"

lunes, 26 de abril de 2010

(Embajador de los EEUU en España, "El País", 22 de abril de 2010)


Ya sé lo que quería usted decir, Sr. Embajador y, por esta vez, no me lo tomo a mal. Pero no lo repita.

España ni se compra ni se vende. Es cierto que algunos lo han intentado reiteradamente (tanto vender como comprar). Pero también es cierto que no lo han conseguido.

Ya sé lo que quería usted manifestar: tenemos que saber mostrar mejor lo que somos y lo que hacemos. Pero no para "vender" mejor, sino para "ser" más, para ayudar más, para influir más en favor de un mundo donde no sea el mercado (vendo, compro...) sino los valores democráticos (justicia social, solidaridad, igualdad...) lo que prevalezca.


LIBERTAD

jueves, 22 de abril de 2010

Declaración Universal de los Derechos Humanos

IV

Pero pasar de receptores inocuos a emisores activos era muy difícil y, con frecuencia, arriesgado. Aparte –y no siempre- de las urnas, otras formas de expresión carecían de influencia y se hallaban con frecuencia trucadas. Pero con la participación no presencial, el panorama de la emancipación ciudadana en relación al poder cambiará radicalmente en muy pocos años y se establecerán –por “Nosotros, los pueblos…”- un sistema multilateral eficiente a escala mundial y unas democracias bien reguladas y expresivas de la voluntad del pueblo a escala local y regional.

De este modo, en menos tiempo del que muchos calculan, el siglo XXI será -¡ya era hora!- el siglo de la gente, el siglo de la fuerza de la razón y nunca más de la razón de la fuerza, el siglo del principio de la cultura de paz en lugar de la cultura de guerra, de la historia a la altura de las facultades que distinguen a todo ser humano único, terminando de este modo la historia descrita por Fukoyama, que tanto ha empañado la dignidad de la humanidad desde el origen de los tiempos. De este modo se llevará a efecto el último “Considerando” del preámbulo de la Declaración que he querido comentar en este artículo: “Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad”… .

Este concepto más amplio de la libertad, que supieron ver de forma tan clarividente quienes redactaron la Declaración en medio de la terrible zozobra propia de los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, está ahora a nuestro alcance. Desatemos serenamente, valientemente, tantas ataduras y desamordacemos tantas voces contenidas. Las previsiones de la Declaración Universal no tardarán en cumplirse. Aconsejo a todos que las lean. Especialmente a los políticos y a los parlamentarios. Y, más especialmente todavía, a quienes tantas veces citan los Derechos Humanos pero se adivina que no han leído la Declaración. O que no lo han hecho detenidamente.

(extracto del artículo publicado en el diario Público "Miedo, rebelión, libertad" http://www.fund-culturadepaz.org/spa/03/2010/ART-miedo_rebelion_libertad_DiarioPublico20100410.pdf

REBELIÓN

miércoles, 21 de abril de 2010

Declaración Universal de los Derechos Humanos

III

Cuando por fin hay quienes logran ser “educados”, es decir, “ser ellos mismos”, ciudadanos participativos que manifiestan sus preferencias y opiniones… cuando se está a punto de no ser sólo contado en los comicios electorales sino contar y ser tenidos en cuenta,… entonces se despliegan las inmensas alas del poder mediático que los reduce a espectadores impasibles, a testigos indiferentes a quienes se activa y desactiva como con la famosa campana de Pavlov.

Hasta que un día, después de años y años de democracias frágiles y maniobreras, llega, con la moderna tecnología de la comunicación, la posibilidad de construir en el ciberespacio lo que hasta ahora se ha podido evitar en la “vida real”. Hoy es ya posible modificar con la telefonía móvil, Internet, etc. la realidad tercamente acuñada, siempre imperturbable; movilizar a los millones de seres humanos que pueden, por fin, unir sus voces y anhelos; y llevar a cabo la revuelta, pacífica pero firme, que los guardianes de la inercia y de los privilegios, de las alacenas del pasado, no nos dejaban ni siquiera esbozar.

Y es que desconocían el próximo párrafo del Preámbulo de la Declaración Universal: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso a la rebelión contra la tiranía y la opresión…”. Todo aquello que sojuzgue y reduzca a los seres humanos debe de eliminarse para evitar la justa reacción popular de quienes tanto han padecido, tanto padecen.


MIEDO

martes, 20 de abril de 2010

Declaración Universal de los Derechos Humanos

II

La voz / que pudo ser remedio / y por miedo / no fue nada”.

Ha llegado el momento de reaccionar frente a quienes pretenden que el mundo sea, simplemente, un inmenso mercado y los habitantes de la tierra tan sólo consumidores. Ha llegado el momento de aplicar el acervo del conocimiento disponible para encarar los desafíos de la naturaleza enfurecida.

Hay que sobreponerse a la apatía, al temor. Dice así el primer párrafo del Preámbulo de la Declaración Universal: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana; considerando… que se ha proclamado, como aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en el que los seres humanos, liberados del miedo y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencia…”.

Desde siempre, la existencia humana ha discurrido en espacios muy limitados, territorial y anímicamente, de tal modo que, con la excepción de grandes pensadores capaces de sobrevolar su confinamiento, vivían temerosos de lejanos dioses iracundos e inmisericordes que los amenazaban con el fuego eterno, y de señores más próximos a los que debían obedecer sin rechistar y, cuando así lo decidían, ofrecer sus vidas. Se ha hecho secularmente todo lo posible para que los ciudadanos no pudieran abandonar su condición de vasallos. La educación se ha limitado siempre –hasta la década de los noventa del siglo pasado- a la alfabetización y formación básica por parte de los países coloniales, y los sistemas autoritarios han propiciado el adoctrinamiento, la dependencia, la pertenencia sin discrepancias. La ignorancia –no hay mayor ignorancia que la del hombre cercado y el “pensamiento secuestrado”, en expresión de Susan George- conduce a la superstición, al pavor al castigo que se merece no sólo por las obras, sino por las omisiones, por la imaginación, por el recuerdo… Y así se genera el fanatismo, el dogmatismo, la obcecación, el acobardamiento.

Declaración Universal de los Derechos Humanos

lunes, 19 de abril de 2010

I

Todos deberíamos leer y releer la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para sentirnos confortados, para llenar nuestro amanecer con el convencimiento de que vale la pena seguir luchando en favor de los grandes valores éticos que deben inspirar nuestro comportamiento cotidiano. Para que nos apercibamos de que “estamos dotados de razón” para remediar la tentación de la fuerza.

Todos (“nos-otros”!) solidarios con el prójimo, para con-vivir y des-vivirnos por él “fraternalmente”, como proclama al artículo primero.

Todos iguales en dignidad: sea cuales sean el color de piel, el género, la creencia que profesemos, la ideología… .

Todos –como indica la propia Declaración en su comienzo- estudiando y recordando la letra y el espíritu de los Derechos Humanos, en los centros docentes en sus diversos grados y modalidades, en los medios de comunicación, en los parlamentos, en los consejos municipales, en todas las instancias de gobierno, en las ONGs, en los organismos internacionales… “sin distinción fundada en la condición política de los países o de los territorios”.

Es apremiante esta “lectura activa” porque no se están rectificando los rumbos. No se está yendo decididamente de la plutocracia al multilateralismo. No se está acabando de una vez con los paraísos fiscales, que hacen posibles los tráficos de toda índole (drogas, armas, personas!...). No se está regulando la especulación ni la economía irresponsable. No se está contrarrestando la excesiva concentración del poder mediático. No se están iniciando los pasos conducentes a un nuevo modelo productivo de desarrollo global sostenible. Como antes de la crisis, lo único importante es negociar, vender… producir lo más barato posible, mediante una deslocalización hacia el Este que no tiene en cuenta cómo viven los “productores” de estos países ni si se observan sus derechos humanos… Más de lo mismo… y la sociedad todavía callada, silenciosa, mirando hacia otro lado.

Las instituciones “públicas” como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como instituciones privadas de dudosa imparcialidad están –cuando no supieron prever ni prevenir la crisis- actuando de forma interesada en favor de los mismos que originaron la grave situación presente.

¿Y qué hacen las comunidades científica, académica, artística…? Siguen observando. En general, son espectadores distraídos, que no reflexionan suficientemente sobre los grandes problemas ni actúan en consecuencia.

"Sin un sólo voto republicano"

lunes, 5 de abril de 2010

El Presidente Obama ha logrado sacar adelante, con muchas dificultades y algunas concesiones, la reforma de la Ley de Sanidad de los Estados Unidos, en la que habían fracasado múltiples generaciones y varios presidentes de los Estados Unidos. La Ley amplía el acceso a los servicios sanitarios a más de 30 millones de norteamericanos que hoy no pueden, por falta de medios, pagarse un seguro médico. La inmensa influencia de las compañías aseguradoras ha conseguido -es triste reconocerlo- que los que gozan de una situación de bienestar se muestren profundamente insolidarios.


Esta obediencia ciega a los dictados de la pertenencia política me produce una gran perplejidad y me avergüenza. La "disciplina de partido" tiene que tener límites de conciencia, propios del respeto a unos valores y a unos derechos humanos que tanto se hallan en los labios pero no en el corazón de los que, para conservar lo que juzgan esencial, deberían saber transformar lo complementario.


¿Cómo puede ser que se vote sin rechistar, como sucedió en España, a favor de la invasión de Irak, basada en la mentira, por "razón de disciplina" cuando me consta que no eran pocos los que discrepaban o tenían problemas de conciencia?.


Y es que, con estos estrictos e inmutables supuestos diferenciales, ni en Washington ni en Madrid se logrará tender puentes de concordia y buena gobernación entre los distintos grupos políticos.


Pero los "representantes del pueblo" deben saber que, en pocos años, el pueblo -tan distante y desoído todavía, en general- ya no aceptará incongruencias de esta naturaleza, sobre todo cuando contravengan los más importantes principios éticos.


El pueblo, la gente, no seguirá observando en silencio "lo que pasa", "lo que hacen"...


Tomen buena nota los parlamentos de allí... y de aquí. Escuchen permanentemente a sus "bases" porque, de otro modo, pronto se encontrarán "en el aire", carentes de los vínculos y apoyos que no pueden prestarle ciudadanos desengañados de la forma en que se aprueban las leyes... especialmente, cuando comprueben después que no se observa la regla esencial de la democracia: respetar el resultado.


Y digo esto porque, todavía peor que se haya aprobado "sin un sólo voto republicano", es que algunos Estados gobernados por conservadores hayan amenazado con no ponerla en práctica. Igual que ha sucedido en nuestro país con la "rebelión" que preconizan ciertos líderes ultramontanos.


Hace algunos años escribí estos versos sobre los "representantes del pueblo silentes": "sólo pretender / permanecer / callados, / desapercibidos, / pálidos, / en sus asientos / ahormados. / No levantarán / la voz / ni la mirada..."


Deseo de todo corazón que triunfen "los Obama" y que, advertidos de la pronta reacción ciudadana, los parlamentarios decidan actuar, en cuestiones clave, según les dicte su conciencia. Y verán entonces que felices se sienten.


"El banquillo espera a Garzón"

jueves, 1 de abril de 2010

¡Con qué apresuramiento e irreprimibles expectativas se publica este titular en la primera página del periódico "ABC" del día 26 de marzo de 2010!

Y añade: "El Supremo rechaza el recurso del juez y abre la vía para juzgarle por prevaricación".

"El TSJM anula todas las escuchas ordenadas por el magistrado en la Gürtel".

En referencia al primer subtítulo es increíble que, al final, resulte procesado el instructor de la causa sobre desapariciones en la Guerra Civil, que abrió proceso a determinadas actuaciones post-bélicas del régimen anterior..., denunciado por quienes representan, a los presuntos ejecutores de las mismas. ¡"Procesador" procesado!.

En cuanto a anular las escuchas... es como si se pretendiera borrar, por simples artilugios jurídicos, pruebas fehacientes, que ya son absolutamente imborrables.

En ambos casos, lo importante es que reluzca la verdad. Hay que saber -no me canso de repetirlo- lo que ha acontecido para que algunos de los sucesos no vuelvan a repetirse. Y por respeto real a las víctimas, que tienen derecho a conocer personalmente la verdad sobre acontecimientos que tan directamente les afectan, está claro que en un sistema genuinamente democrático los procesos judiciales deben tener lugar sin cortapisas ni maniobras procesales.

En la sede parlamentaria no podrán mantenerse estos "dribblings" a la justicia por mucho tiempo.

Estoy tranquilo en este caso. No se preocupen. Si al Juez Garzón lo ven sentado en el banquillo... se levantará airoso.

Cualquier otra hipótesis sería inconcebible en un país que se afana en perfeccionar el sistema de auténticas libertades públicas.