LIBERTAD

jueves, 22 de abril de 2010

Declaración Universal de los Derechos Humanos

IV

Pero pasar de receptores inocuos a emisores activos era muy difícil y, con frecuencia, arriesgado. Aparte –y no siempre- de las urnas, otras formas de expresión carecían de influencia y se hallaban con frecuencia trucadas. Pero con la participación no presencial, el panorama de la emancipación ciudadana en relación al poder cambiará radicalmente en muy pocos años y se establecerán –por “Nosotros, los pueblos…”- un sistema multilateral eficiente a escala mundial y unas democracias bien reguladas y expresivas de la voluntad del pueblo a escala local y regional.

De este modo, en menos tiempo del que muchos calculan, el siglo XXI será -¡ya era hora!- el siglo de la gente, el siglo de la fuerza de la razón y nunca más de la razón de la fuerza, el siglo del principio de la cultura de paz en lugar de la cultura de guerra, de la historia a la altura de las facultades que distinguen a todo ser humano único, terminando de este modo la historia descrita por Fukoyama, que tanto ha empañado la dignidad de la humanidad desde el origen de los tiempos. De este modo se llevará a efecto el último “Considerando” del preámbulo de la Declaración que he querido comentar en este artículo: “Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad”… .

Este concepto más amplio de la libertad, que supieron ver de forma tan clarividente quienes redactaron la Declaración en medio de la terrible zozobra propia de los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, está ahora a nuestro alcance. Desatemos serenamente, valientemente, tantas ataduras y desamordacemos tantas voces contenidas. Las previsiones de la Declaración Universal no tardarán en cumplirse. Aconsejo a todos que las lean. Especialmente a los políticos y a los parlamentarios. Y, más especialmente todavía, a quienes tantas veces citan los Derechos Humanos pero se adivina que no han leído la Declaración. O que no lo han hecho detenidamente.

(extracto del artículo publicado en el diario Público "Miedo, rebelión, libertad" http://www.fund-culturadepaz.org/spa/03/2010/ART-miedo_rebelion_libertad_DiarioPublico20100410.pdf

1 comentario

Anónimo dijo...

muy bueno

"Y, más especialmente todavía, a quienes tantas veces citan los Derechos Humanos pero se adivina que no han leído la Declaración. O que no lo han hecho detenidamente.

yo lo llamo "hablar automáticamente", también podrían hablar con intenciones ocultas

saludos

22 de abril de 2010, 16:41